1. Alcornoque
La Península Ibérica cuenta con más de la mitad de la superficie de alcornocales de todo el mundo, y España es el segundo país con mayor superficie de este tipo de ecosistema, con unas 725.000 hectáreas.
Los alcornocales son uno de los ecosistemas de mayor valor en términos de biodiversidad de Europa. Alcanzan niveles de hasta 135 especies de plantas por 0,1 hectáreas. Por otra parte estos bosques dan cobijo a alguna de las especies animales más emblemáticas y amenazadas de los ecosistemas mediterráneos, como el águila imperial y otras rapaces diurnas y nocturnas, la cigüeña negra, el lince ibérico, el meloncillo, la gineta y gran cantidad de aves hibernantes del norte de Europa.
A pesar de su alto valor, los alcornocales viven bajo la creciente presión debido a la sobreexplotación de sus pastos, a su conversión a otros usos, a una mala gestión, a la sustitución de la vegetación natural por plantaciones de especies de crecimiento rápido y al abandono rural. Tales amenazas, exacerbadas por el cambio climático, afectan negativamente a la salud de los alcornocales y aumentan su vulnerabilidad frente enfermedades y plagas, el fenómeno de la seca y los incendios forestales.
Esta combinación de conversión, intensificación y cambio de uso de la tierra, ha contribuido a aumentar la incidencia de los incendios y a reducir la salud de los alcornocales.
Otra amenaza la representa el declive del mercado del corcho a nivel global, favorecido por el creciente uso de otros materiales sintéticos que sustituyen el tapón de corcho como tapamiento de los vinos y por la situación de crisis financiera que se atraviesa en estos momentos.
Este hecho amenaza el valor del corcho en el mercado y pone en peligro la extracción tradicional del corcho, una de las principales actividades económicas del medio rural en las regiones corcheras. De esta forma se favorece el desempleo, el abandono de la gestión forestal, el incremento del riesgo de incendios, y por lo tanto, la destrucción de los alcornocales.
2. Atún rojo
Han bastado diez años de desarrollo descontrolado de la industria de pesca al cerco y engorde de atún en el Mediterráneo para poner a esta especie en peligro; la pesquería se agota sin que la Unión Europea ni los Estados Miembro hagan nada por evitarlo.
Ignoran las denuncias de pescadores artesanales, científicos, comerciantes de pescado, cadenas distribución, WWF -entre otras organizaciones ambientalistas - y decenas de miles de ciudadanos.
El desastre en la gestión y control de la pesquería de atún rojo es el ejemplo más ilustrativo de la crisis pesquera global, lo que se ha venido a denominar “la locura de la pesca”, mostrando una de las tasas de pesca ilegal más elevadas del mundo.
En la actualidad sólo queda un 10-15% de la población original de atún rojo, por ello, WWF sigue presionando ante organismos como el ICCAT y CITES para que se establezca una suspensión de la pesca y se aprueben las medidas necesarias para evitar acciones ilegales en la pesquería.
3. Lince ibérico
Es el felino más amenazado del planeta que sólo sobrevive en libertad en un par de localidades de la península: Doñana y Sierra Morena oriental. Tan sólo quedan alrededor de 220 ejemplares amenazados por la destrucción y alteración de su hábitat, la mortalidad directa causada por disparos, lazos, cepos y más recientemente los atropellos a causa del desarrollo descontrolado de carreteras en lugares sensibles.
4. Oso pardo
El más grande de nuestros mamíferos terrestres, se encuentra acantonado en dos núcleos, muy distintos entre sí. Algo más de una decena de individuos que recorren los Pirineos, luchando por su supervivencia y una población estable en la cordillera cantábrica que se encuentra dividida a su vez en dos sub poblaciones que suman alrededor de 180 ejemplares, que poco a poco van creciendo. La destrucción de lo bosque mixtos donde habita debido diversas actividades humanas (estaciones de esquí como la de San Glorio, minería a cielo abierto, construcción de autovías) y más recientemente el uso de veneno son sus principales amenazas a las que WWF se enfrenta desde hace tiempo.
5. El águila imperial ibérica
El águila imperial ibérica es una gran rapaz de más de dos metros de envergadura y una de las aves más escasas del mundo. Originalmente se distribuía por toda la península Ibérica e, incluso, por el Norte de África. En la actualidad, la población de águilas imperiales en España se encuentra en unas 250 parejas, habiendo experimentado una importante subida, desde las 50 parejas de 1970, gracias a distintos esfuerzos de conservación. Sin embargo, y pese a esta subida, el tamaño de su población sigue siendo muy pequeño , por lo que sigue clasificada como “En peligro”.
La totalidad de estas 250 parejas vive en zonas del centro y Suroeste de España, a excepción de dos parejas de reciente instalación en Portugal.
Las principales amenazas son:
• Alteración y destrucción de su hábitat, el monte mediterráneo.
• La creciente escasez de conejos (debida a sucesivas epidemias)
• Causas de mortalidad no natural (principalmente electrocuciones en tendidos eléctricos y envenenamientos, además de la caza).
6. Desmán del Pirineo
Un pequeño mamífero que habitaba en los limpios ríos de las montañas del centro y norte de la península. La alteración de los ríos y su cauces, la contaminación de las aguas y la construcción de embalses y minicentrales eléctricas ha provocado su desaparición de prácticamente todo el sistema central.
Los ríos cantábricos poseen densidades de 5.0 a 7.3 individuos/Km mientras que los ríos navarros arrojan densidades de 2.8 a 2.9 individuos/Km.
7. Cerceta pardilla
Desde el inicio de los censos coordinados en 1994, la población nacional ha fluctuado entre las 30 y las 200 parejas, en función de la pluviosidad anual y los niveles de agua.
La amenaza más importante es la alteración de los humedales someros y estacionales, pues utiliza poco los humedales artificiales y permanentes Además, la población española puede verse afectada por la rápida destrucción de humedales en el Magreb.
El acortamiento del ciclo hidrológico hace casi imposible su reproducción con éxito en Doñana; además, en años muy secos, las balsas piscícolas de Veta la Palma alcanzan salinidades demasiado altas. Otras actividades humanas como la caza en Levante o las nasas cangrejeras en las marismas del Guadalquivir causan mortalidades notables.
8. Esturión
Se considera prácticamente extinguida de España, donde en los últimos años, tan sólo hay citas en las cuencas de los ríos Duero, Guadiana y Guadalquivir. La principal amenaza son las capturas accidentales sobre la especie y sobre todo la destrucción de su hábitat tanto por la regulación de los cauces, la disminución de los caudales, la construcción de presas, la contaminación y la extracción de áridos en las zonas de frezaderos. La construcción de la presa de Alcalá del Río aguas arriba de Sevilla en 1930 impidió el paso de los esturiones a gran parte de sus frezaderos habituales. WWF trabaja para que se desarrollen planes de gestión de ésta y otras especies amenazadas y para restaurar las condiciones de su hábitat.
9. Ferreret
Este anfibio es un endemismo ibérico de las islas Baleares que tan solo sobrevive en Mallorca, con una distribución actual limitada a una reducida área de la Sierra de la Tramuntana de menos de 10 km2.
Los anfibios son otro de los grupos más amenazados en la actualidad (hasta el 30% de las especies conocidas en peligro de acuerdo a la UICN) principalmente por la destrucción de los humedales, la sobreexplotación y la contaminación de los recursos hídricos o el cambio climático. El ferreret además de sufrir los problemas de alteración de su medio, al vivir en un hábitat tan reducido y aislado es muy sensible a la presencia de especies introducidas por el hombre y ajenas a estas islas.
10. Urogallo cantábrico
Habitan las poblaciones de las montañas cántabras (en España además hay otra gran población en Pirineos) son las más amenazadas del mundo ya se estima que nos sobreviven más de 500-600 ejemplares adultos en toda la Cordillera, habiéndose reducido su población a la mitad en las dos últimas décadas.
La destrucción y la fragmentación de los bosques donde habita, el cambio en los usos del territorio con el consiguiente aumento de amenazas y molestias y el cambio climático, que está alterando los ciclos biológicos de su entorno y de sus especies presa, amenazan gravemente a la especie.